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Monday, May 18, 2020

Blog de Corazones Rojos / “Los Prisioneros”

 "La música es una forma de soñar juntos y de ir a otra dimensión"
Cecilia Bartoli, mezzosoprano


Como lo dice la frase, la música es un medio para canalizar nuestras sensaciones y emociones.   A través de ella se puede trasmitir y es una manera excepcional para sentirnos libres.  Libres de pensar, de sentir, de expresarnos, en fin, lograr transportarnos a escenarios inimaginables. 

La canción social o de protesta en América resurge a mediados del del siglo XX, cuando a través de letras de gran contenido social, de artistas varios, de eventos masivos con mensaje común, como el de “Paz y Amor” en Woodstock, etc. logra incorporar en la música el sentir social de un grupo o sector de la población.  Estos sectores buscaban de cierta forma una reivindicación ante las realidades políticas, sociales, económicas, culturales, ambientales, etc. que se estaban suscitando entonces.

América Latina es una región que no ha sido inmune a este sentir y se sumó a este tipo de movimientos de contracultura.  El pasado violento, y de cierta forma “turbio” de nuestra región, hizo que en los diversos países surgieran manifestaciones artísticas que buscaban protestar contra los sistemas imperantes, todo esto aglutinado en un sentimiento común que hizo, y sigue haciendo parte, de lo que se denomina identidad latinoamericana, es decir, la disolución de nacionalismos e integración de propuestas y un accionar común ante los lazos de hermandad entre los países latinoamericanos.  

La región cuenta con unas características particulares que han conducido a que se dé una brecha grande en el ámbito social, político y económico. Esta zona ha sido violentada desde su misma colonización, en donde los eventos de “dominio” por parte de nuestros colonizadores generaron desigualdad, racismo, injusticia, etc. Particularmente, durante el siglo pasado, Latinoamérica vivió una serie de sucesos que exacerbaron el inconformismo de los pueblos.  De esta forma, la música se convirtió en el elemento ideal para canalizar y desinhibir anhelos y frustraciones; fue una “válvula de escape”. Las causas para protestar siempre estaban (¿o están?) al orden día: desigualdad, pobreza, sistemas políticos (dictaduras, autoritarismo), represión, violación de los derechos humanos, etc. 

De esta forma, surgen artistas que pretendían a través de sus interpretaciones manifestarse en contra del sistema y relatar historias.  Obviamente, los géneros varían, pero los contenidos son similares.  Aquí es donde se puede mencionar a artistas como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés con sus letras inspiradoras y suaves, así como Mercedes Sosa o Facundo Cabral que incorporaron y fusionaron elementos de folklor tradicionales en sus canciones. 

Con el paso del tiempo y ante el auge de otros tipos de ritmos, en América Latina se pone en auge el rock.  Esta propuesta se da principalmente en los años 80´s y 90´s. Surgen agrupaciones musicales que promueven el denominado “Rock en español”. Grandes expositores de este género provienen del sur del continente, casualmente de países como Argentina y Chile en donde se dieron unas dictaduras militares que generaron un gran desasosiego e inconformismo en la población civil, hechos registrados en una gran represión, división social, brecha económica y un sinnúmero de desapariciones forzadas. Aparecen entonces en escena agrupaciones musicales y solistas con unas letras suigéneris como Soda Stereo, Los Enanitos Verdes, Miguel Mateos, Charlie García, Los Prisioneros, entre otros a mencionar.


Mi blog hoy se centrará en la agrupación chilena “Los prisioneros”, quienes en gran parte de sus contenidos musicales reflejan este inconformismo y rebeldía hacia el sistema social de su país.  Me basaré en el análisis de una de sus canciones más impactantes:  Corazones Rojos.



Por: DANIEL VALDERRAMA

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